
President Donald Trump speaks with Cabinet members and others after signing the One Big Beautiful Bill Act on the South Lawn of the White House, Friday, July 4, 2025, during the 4th of July picnic. (Official White House Photo by Molly Riley)
Traducido al español por Sofia De La Espriella
Tras la firma de Donald Trump de su “Big Beautiful Bill”, millones de estadounidenses podrían perder el acceso a Medicaid. Pero el golpe no se limita a la cobertura médica: los recortes también ponen en riesgo la supervivencia de hospitales rurales en todo el país.
En Globe, Arizona, esa amenaza tiene nombre y apellido: Kim Jones, una mujer que en 2016 votó por Trump y que hoy teme quedarse sin atención médica para ella y sus tres nietos.
Jones tiene 51 años y nunca ha vivido en otro lugar que no sea Globe. Hoy, el Centro Médico Regional Cobre Valley —el único hospital de la ciudad— se enfrenta a la posibilidad real de cerrar sus puertas por los recortes de los Republicanos a Medicaid.
Globe, a unos 130 kilómetros al este de Phoenix, es una comunidad de cerca de 7.000 habitantes que depende de Cobre Valley para casi toda su atención médica.
La ley, firmada por Trump el pasado 4 de julio, recorta el gasto federal en salud en aproximadamente un billón de dólares durante la próxima década y dejará sin cobertura a unos 12 millones de estadounidenses, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.
“Yo nací en ese hospital”, cuenta Jones. Para ella, Cobre Valley ha sido un pilar: estuvo allí cuando creció, cuando su hija vino al mundo y ahora cuando ve crecer a sus nietos.
Cobre Valley es uno de los cinco hospitales de Arizona en riesgo de cierre con la nueva ley. Dado que es uno de los principales proveedores rurales para pacientes de Medicaid en Estados Unidos.
Con los recortes, los fondos se reducirán drásticamente y mantener el hospital abierto se vuelve casi imposible. Si el cierre se concreta, Jones perdería uno de los pocos hospitales que ha conocido en toda su vida.
Jones recibe Medicaid y el subsidio de vivienda del programa federal conocido como “Sección 8”. Además, cría sola a sus tres nietos, de seis, siete y nueve años. Y, aunque ninguno padece problemas de salud graves, se enferman con la frecuencia habitual de cualquier niño en edad escolar.
“Los niños traen bacterias y gérmenes, se enferman y se los transmiten a otros niños”, dijo Jones. “Es como un efecto en cadena”.
Si Cobre Valley desaparece, la alternativa más cercana sería en Mesa, a más de una hora en carro. Hoy, llegar al hospital le toma menos de diez minutos.
“Dios no lo quiera, si algo me pasara… Si tuviera un derrame cerebral o un infarto, ¿qué haría? No tener un hospital aquí me aterra”, confiesa.
El Centro Médico Regional Cobre Valley no respondió a las solicitudes de comentarios sobre el impacto de la ley en sus operaciones.
Jones respaldó a Trump. Y no piensa repetirlo.
El Partido Republicano insiste en que los recortes a Medicaid solo afectarían a personas sanas que se niegan a trabajar, un argumento que no solo es falaz, sino que ignora que el cierre de un hospital afecta a toda una comunidad.
Jones votó por Trump en 2016. No lo hizo en 2020 ni en 2024, pero aún confiaba en que su regreso a la Casa Blanca podría traer beneficios para las familias trabajadoras.
“Todo el mundo estaba entusiasmado con que Trump volviera”, recuerda. “Tengo dos amigos, uno de 85 y otro de 74 años, que son seguidores incondicionales del presidente y mi amigo de 85 está devastado por estos recortes a Medicaid”.
Ahora, con el hospital en riesgo, Jones dice que perdió toda fe en el Partido Republicano y en Trump.
“Antes pensaba que estaba del lado de la gente [Trump]. Pero después de esto, estoy 100% segura de que está del lado de ‘los de arriba’. Él se preocupa por sí mismo y porque los ricos sigan más ricos, mientras los pobres seguimos más pobres”.
Jones vive con un ingreso fijo de 347 dólares al mes, y la nueva ley solo hará que familias como la suya sigan viviendo con muchas dificultades y al borde. Ahora, además, debe cargar con el miedo de no tener un hospital cerca cuando lo necesite.
Para ella, la “Big Beautiful Bill” es un acto de represalia contra los votantes que le negaron un segundo mandato en 2020. “En las próximas elecciones voy a votar, seguro. Y no importa quién se enfrente a ellos: voy a votar en contra de [los republicanos] por esto”.
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